El conocimiento es poder, poder de decisión y acción.
Cierto es, que querer saber tiene también sus consecuencias…
Tal vez empezamos a cambiar nuestros pensamientos, nuestra forma de accionar, nuestros gustos cambian y nuestro entorno se transforma.
Personalmente creo que los alimentos tienen enormes beneficios pero cuando están demasiado toqueteados por el humano, no solo pierden sus poderes sino que hasta pueden causarnos complicaciones.
Lo que voy a compartirte en este artículo, no tiene como finalidad la preocupación, la alarma o la obsesión hacía la perfección. El objetivo es compartirte información que te empodere y que te invite a tomar recaudos y consciencia acerca de lo que ingresas a tu cuerpo, para que así cada día tengas más bienestar y salud.
Mi intención es que empieces a leer las etiquetas de los alimentos que compras, porque el título de los envases la mayoría de las veces es engañoso y la letra chica tiene mucho más para decir de lo que te imaginas.
Siempre siempre hay que ver los ingredientes de lo que compres, aparecen por orden de cantidad, es decir que lo primero que aparece es el ingrediente de mayor porcentaje y como regla si conoces los ingredientes, ¡mejor será lo que vayas a comprar!
Ahora bien, no todos los alimentos duran para siempre. Si hiciste pan casero alguna vez, te habrás dado cuenta que a los días puede llegar a tener moho y debes tirarlo. Pero que el pan lactal del super está perfecto y puede durar así bastante… bueno esto es gracias a los aditivos que se le agregan para estar protegido de mohos, bacterias, etc.
Muchos alimentos procesados y ultraprocesados tienen aditivos alimentarios, son sustancias que se añaden intencionadamente a los alimentos para cumplir una función específica, como mejorar su sabor, color, textura, conservación, o incluso añadir beneficios nutricionales.
En este artículo voy a compartirte información sobre los aditivos, que muchas veces aparecen con su nombre, con la letra E (seguido de un número) o con la denominación INS (seguido de un número).
Estos aditivos pueden ser naturales, extraídos de plantas, animales o minerales, o pueden ser sintéticos, es decir, producidos en laboratorios. Y muchos de ellos no son nada buenos (mejor evitarlos del todo)
Se utilizan como conservantes, colorantes, aromatizantes, emulsionantes, estabilizantes y espesantes, antioxidantes, edulcorantes, potenciadores de sabor.
La finalidad es prolongar la vida de los alimentos. mejorar su apariencia y atractivo, mantener o mejorar el sabor y la textura, reducir costos y optimizar la producción (así producen alimentos a gran escala, les sale económico y reducen ingredientes frescos en las preparaciones)
Ahora bien, hasta acá puede parecer algo “aceptable” el que lo utilicen… bueno para mi no es aceptable porque prefiero la comidita fresca, casera y sin tóxicos o nombres raros pero la cuestión es que no todos los aditivos son tan aceptables… Algunos pueden tener efectos en la salud, especialmente si se consumen en grandes cantidades o si la persona es sensible a ellos.
Algunos aditivos pueden causar reacciones alérgicas o sensibilidades en ciertas personas. Por ejemplo, el benzoato de sodio puede provocar irritación en personas sensibles, y la tartrazina (un colorante amarillo) ha sido vinculada con reacciones alérgicas en personas sensibles a la aspirina.
El glutamato monosódico (MSG) es un potenciador de sabor que puede causar reacciones como dolor de cabeza, hinchazón, y malestar en personas sensibles. Además, algunos colorantes artificiales han sido vinculados con problemas de comportamiento en niños, como la hiperactividad.
Algunos estudios han sugerido que ciertos aditivos, como los edulcorantes artificiales (aspartamo y sucralosa), podrían estar relacionados con cambios en la microbiota intestinal y el metabolismo, aunque la evidencia aún es limitada y se necesitan más estudios para confirmarlo.
Ahora bien…los aditivos alimentarios deben pasar por rigurosas pruebas y evaluaciones antes de ser aprobados para el consumo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) establecen niveles de consumo seguro para cada aditivo, conocidos como Ingesta Diaria Admisible (IDA), que indican la cantidad de un aditivo que una persona puede consumir de manera segura todos los días.
Sin embargo, la seguridad de un aditivo puede depender del contexto y de su uso a largo plazo. Claro está que si comes galletas con aditivos muy seguido (todos los días para muchos niños), y consumes demasiados alimentos procesados y ultraprocesados tendrás en tu cuerpo aditivos en exceso… y eso si que no está regulado.
Entiendo que muchas veces leer las etiquetas puede resultar estresante, aunque con el tiempo y la práctica lo harás en un periquete. Sobre todo porque elegirás alimentos más reales, hechos a conciencia y sin ningún tipo de letra extra.
Pero bien, si quieres saber qué son esas E o INS, si quieres informarte un poco más y ver cuales son aceptadas y cuáles no tanto y su nivel de toxicidad. Hay una pagina que esta bastante bien y en donde puedes poner el aditivo y te dira de donde proviene, como se usa, sus consecuencias y nivel de toxicidad. Esa página es www.aditivos-alimentarios.com, otra opción también es preguntarle a chat gpt y preguntarle bastante, ya que no suele dar toda la información de una, sobre todo lo que tiene que ver con estudios algo más polémicos.
Como recomendación o para empezar, te sugiero que busques alimentos con menos ingredientes y sin ningún tipo de aditivo alimentario, si no te suma nada y te puede llegar a restar, ¿realmente para que lo quisieras?
Si buscamos y si algún día queremos darnos el gusto de ciertos alimentos podemos hacerlo sin culpa y sin preocupación, optando por alimentos que resuenen más con nosotros y lo que estamos buscando!
El conocimiento es poder, y ahora ya estás un poco más empoderad@!